El fin de Parzival
La foto está tomada en un lugar fascinante Los Barruecos, donde se encuentra el museo Vostell de Malpartida de Cáceres y la verdad es que no fue fácil tomarla. En este museo, como en casi todos, no se pueden hacer fotografias, ni con flahs ni sin flahs, ni con trípode ni sin el. Está prohíbido y punto. Mi cámara a 400 ISO ya mete más ruido que un grupo de punkis. Hay varios vigilantes merodeando por allí y yo contemplando esta obra, ¿como resistirse?. Me camuflo de visitante intelectual con el catálogo en la mano y me voy lentamente detrás de una columna. Rapidamente enciendo la cámara, encuadro, contengo la respiración y disparo "a pulso como un campeón" que diría el amigo Ripley y salgo caminando elegantemente por el otro lado. En vista del éxito repetí el proceso varias veces, hasta que casi entro en apnea.
4 comentarios:
amigo mio, acabas de describir con pelos y señales mi modus operandi cada vez que entro a un museo camara en mano. entiendo que no te pudieras resistir a fotografiar las motos.
Me recuerda a mí haciendo fotos en la capilla sixtina... pero por que no se podrá hacer fotos...
una composición magnifica para tu fotografía... Felicidades...
Antiguedades
Muy buena.
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