Hoy puede ser un gran día...y de hecho lo ha sido. ¿Por qué?

No podría haber mejor final para la Champions que la de esta noche. A Wembley han llegado los dos mejores equipos de los últimos diez años, dos grandes equipos a los que su palmarés a veces no ha hecho justicia a su historial deportivo.

Dos modelos distintos y consolidados de entender este juego. El Manchester un equipo rápido y muy competitivo. El Barcelona plantea un dilema hasta el momento irresolubre para sus rivales: si le disputas la pelota, date por muerto. Si le entregas la posesión te machaca.

Ambos ha ganado sus respectivas ligas, los dos tienen tres Copas de Europa, no tienen urgencias. En realidad es mucho más que una final, es el pasaporte directo a la gloria. Para el Barça, con un modelo que ya no suscita dudas, un futbol que enamora y una filosofia que provoca adhesiones, sería el pase definitivo a la leyenda como uno de esos pocos equipos afortunados que han marcado toda una época y no solo por los títulos, sino por su forma de ver e interpretar el juego. Ganar es importante, si, pero algunos olvidan que no lo es todo. Es mucho más díficil permanecer fiel a una idea propia. Que gran partido

EPÍLOGO:

El BARÇA, tenía anoche en Londres una cita con la gloria y no falló.

En el futbol, en la vida, incluso en la política, se pueden cometer errores, estupideces e incluso locuras. Pero... traicionarse a uno mismo, a tus ideas, lleva indefectiblemente a la melancolía: si ganas porque te has traicionado y si pierdes porque lo has hecho por nada.

Hoy, por fin, ha hablado el futbol, de tu a tu con dos grandes equipos peleando por su idiosincrasia y su particular forma de ser, sin renunciar nínguno a sus principios. Ha ganado el mejor en la cancha, que es donde hay que ganar. Porque toda gloria es efímera y lo único que de verdad permanece es lo que en el fondo sentimos que somos. Todo lo demás es vacuidad.

Detalles:
El BARÇA no pierde ni un minuto en protestar el fuera de juego de Giggs en el gol del Manchester.

El MANCHESTER UNITED permanece en el campo hasta que le Barça recibe la copa, bien.

Puyol, que lo está pasando mal con su lesión, se quita el brazalete de capitán para cederle a Abidal el honor de recibir el trofeo. Sencillo, ¿no? Abidal ha ganado, de momento, el mayor trofeo que se puede ganar, la copa de la vida. Y además le dedica la victoria a Roqué, humilde jugador del Betis que lo está pasando muy mal  en el único partido importante de verdad.
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¡A la mierda! los mediocres que buscan excusa en la derrota, que no son capaces de asumir sus errores y culpan a todo y todos, menos a ellos mismos. Y conste que solo hablo de futbol... de momento.