Reflexión final

Al llegar al final de la campaña electoral que hemos padecido, se me ocurren las siguientes reflexiones.

1.- Los politicos siguen a lo suyo y nos tratan como tontos de baba.¡Se lo que hiciste la última semana!...¡pues y tu más!

2.- No nos han dicho la verdad. Los ayuntamientos y comunidades no tienen un duro y esa es la cruda realidad.

3.- No se, ni me importa, si el movimiento de la Puerta del Sol es espontáneo o no, si hay algo detrás o es lo que se ve. Lo que si se es que, los miles de jovenes y no tan jovenes que allí se reunen representan perfectamente el hastio, el cabreo y la frustación por una forma de hacer política, de gestionar la economía y los asuntos que importan a las personas, que podríamos suscribir millones de ciudadanos de este pais.

4.- ¿Como canalizar esa frustación en las elecciones del Domingo?

Aunque a los políticos, la desafección al sistema debería preocuparles, la abstención les deja indiferentes. El referendum de reforma del estatuto de Cataluña, que por lo visto era cuestión vital, lo votó apenas un 46%. El de Andalucia tuvo una abstención de casi el 64% y nadie se sonrojó.

El voto nulo, no vale como protesta, porque siempre hay un porcentaje técnico de gente que lo hace mal por desconocimiento y además no se computa como voto válido emitido.

El VOTO EN BLANCO es voto válido emitido y computable a todos los efectos. En principio perjudica a los partidos minoritarios porque les resulta más dificil alcanzar el 5% mínimo para obtener representación. Pero fijaros bien, ¿que pasaría si la opción más votada, pongamos con un 45, 50% o más de los votos fuera el VOTO EN BLANCO? ¿Qué legitimidad tendría el partido ganador si la opción con más votos fuera la que expresa el VOTO EN BLANCO? Es decir, la elección libre y reflexiva de los ciudadanos que aceptan la democracia participativa, se toman la molestia de ir a votar y que sin embargo les están diciendo a los partidos: No me sirve o no me gusta nínguno. El VOTO EN BLANCO, decía Saramago es una bomba democrática pacífica en manos del ciudadano. Es un arma para situaciones excepcionales en democracia y produce vértigo usarla porque te situa como ciudano libre, responsable y dueño de tu destino, de hecho no existe ningún precedente histórico. ¿Ha llegado el momento de utilizarla? De cualquier manera, pase lo que pase, la mecha está encendida y los políticos con el apoyo de todos, o se ponen desde ya mismo a regenerar el sistema desde la raiz o los acontecimiemtos les pasarán por encima. O eso creo.

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