No pretendo que os creais lo que voy a contar, simplemente me conformo con que no penseís que estoy loco, pero os aseguro que sucedió.
Caminaba absorto en mis cosas, sin reparar a mi alrededor, cuando de pronto sentí un suave brisa otoñal que me saco de mis pensamientos. Levanté la mirada y no daba credito a lo que veía. Las caducas hojas caidas cuchicheaban entre si, y de repente en un último esfuerzo de generosidad convocaron a la lluvia y a la luz y me posaron como nunca me había posado nadie, regalándome un instante mágico. Saqué la cámara y realicé un único disparo. Doy fe que fue así y esta es la foto, no hay otra.
Para mi hija Teresa Lucia, luz de mi vida. Porque me gusta mucho esta foto, es su cumpleaños, para eso soy su padre y este es mi blog.
(Siento repetir esta entrada, pero ya sabeis, me gusta mucho esta foto, es su cumpleaños........)