De más allá del mar
Pocos nombres tan evocadores como el de "ultramarinos". Yo los recuerdo de pequeño y no tan pequeño cuando iba a hacer los recados. Recuerdo las mezclas de olores de las especias, los encurtidos, las sardinas o arenques en tonel, el bacalao, el café.... cuando el mundo olía y sabía a cosas importantes que se despachaban a granel. Nada venía dosificado en asépticos envases de plástico y aún menos las emociones. Después llegaron los nombres rimbombantes que intentaban esconder, en el superlativo impostado, la vacuidad de su esencia desalmada.... y empezamos a competir en quien era más moderno y lo tenía más grande. El hiper, por supuesto.
1 comentarios:
Bello y nostálgico post. Pocos ultramarinos quedarán ya. Un abrazo.
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